En abril, viajé tres fines de semana seguidos en carro y me dejaron bobada. Con pocos días en casa, y muchas demandas y responsabilidades, ya no me quedaba ninguna fuerza.
Carole, la que me acompañó a Nashville, y yo volvimos temprano del viaje por la agotada que estaba. Ya no me quedaba nada para dar a otros. Y, consciente de mis complicaciones de salud en el pasado, y la posibilidad de una recaída, el descanso me fue de alta prioridad.
Descanso. Más que sólo dormir.
Descanso. Volver a enfocarse.
Descanso. Callar y calmar el espíritu.
Descanso. El mismo Dios lo necesitaba.
Fue como si Dios coordinara mi necesidad por el descanso, para que me inspiraría sobre el tema a compartir con las hermanas hispanas, colaboradores en la obra en el sur de la Florida, este fin de semana.
El Espíritu me guió a compartir con ellas sobre una actitud de descanso.
Celebraremos y descansaremos de trabajos bien hechos, conversaremos sobre el descanso como fuente de renovación en grupos pequeños, tiempo a solas con Dios, y el descanso en su creación. Practicaremos el descanso por la meditación, y escucharemos lecciones sobre el descanso de Dios y el descanso según el Espíritu Santo.
Acompáñanos en un momento de descanso este fin de semana y levanta a las hermanas hispanas en oración para que Dios les renueve sus espíritus para que puedan seguir sirviendo.