Escrito por Anessa Westbrook, voluntaria del Ministerio Hermana Rosa de Hierro en Arkansas
En Mateo 22:39, Jesús les dice a los cristianos que amen a su prójimo como a sí mismos. Claramente, amar a los demás es parte de testificarles y este amor se puede ver a través del servicio. En Hechos 9:36-43 vemos la historia de Dorcas. Cuando ella murió, dos hombres buscaron a Pedro y le pidieron que los ayudara. Cuando Pedro llegó, estaba rodeado de viudas en luto para quienes ella había hecho ropa. La necesidad era clara; Pedro se sintió conmovido por esto y la levantó de entre los muertos, permitiéndole continuar su servicio a la comunidad.
Esta historia en particular es un ejemplo claro de la diferencia que alguien puede hacer en la vida de los demás. ¿Estaban estas mujeres simplemente preocupadas por no recibir más la ropa que les proporcionó Dorcas? ¡Seguramente no! El detalle de los dos hombres que vinieron a buscar a Pedro y le pidieron ayuda es una indicación de la pérdida que sintió esta comunidad, y también de que otros tal vez se sintieron perdidos para brindar la ayuda que se necesitaba. El verdadero regalo que estas viudas recibieron de Dorcas fue algo más grande que una simple prenda de vestir. En cambio, Dorcas le había brindado tanto amor como esperanza.
C.S. Lewis en Mero Cristianismo escribe,
La mayoría de las personas, si realmente hubieran aprendido a mirar dentro de sus propios corazones, sabrían que sí quieren, y quieren intensamente, algo que no se puede tener en este mundo. Hay todo tipo de cosas en este mundo que se ofrecen a dártelo, pero nunca cumplen su promesa. (Traducción de pág. 135 del original en inglés)
En nuestra sociedad moderna, podemos ayudar a las personas a ver una forma de vida alternativa y una forma de vida cristiana que contrasta marcadamente con el mundo que nos rodea. Así como Israel y los primeros cristianos vivían en un mundo necesitado de esperanza, nosotros también estamos rodeados de personas que están desesperadas por llenar el anhelo de esperanza que sienten en sus almas.
En Efesios 2:12, Pablo le recuerda a la iglesia de Éfeso que antes de ser cristianos, cuando estaban separados de Cristo, no tenían esperanza. El escribe, “recuerden que en ese entonces ustedes estaban separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo” (NVI). Compartir esta esperanza es ciertamente la fuerza impulsora detrás de nuestro testimonio y ministerio.
El Libro de Hebreos fue escrito para un grupo de cristianos que estaban siendo perseguidos; sin embargo, en Hebreos 13 no son llamados a concentrarse en sus propios problemas sino a servir. Hebreos 13:1-3 dice,
Sigan amándose unos a otros fraternalmente. No se olviden de practicar la hospitalidad, pues gracias a ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles. Acuérdense de los presos, como si ustedes fueran sus compañeros de cárcel, y también de los que son maltratados, como si fueran ustedes mismos los que sufren.
Sólo porque los destinatarios de la carta a los hebreos estaban sufriendo, no tenían permiso para dejar de servir o testificar a otros. En cambio, debían enfocarse en cómo vivían, su pureza, doctrina y en encontrar formas de ayudar a los demás. ¡Qué desafío para nosotros hoy! A menudo, nos enfocamos demasiado en nuestras propias luchas como cristianos, pero si reenfocamos nuestra atención en cómo vivimos, nuestra pureza, la comprensión de nuestra fe y el servicio, esto pone las cosas en una perspectiva más amplia.
En Mateo 6:25-34, Jesús enseña a Sus seguidores a no preocuparse por las preocupaciones y los problemas terrenales. Cuando los cristianos viven esto, la falta de preocupación muestra una confianza y una esperanza que supera lo que muchas personas encontrarán en el mundo. Esto es atractivo para un mundo que se siente como si no tuviera esperanza. Mostrar que hay esperanza, y vivir el día a día de una manera diferente, también es parte importante de nuestro testimonio.
Como cristianas, tenemos tanto la responsabilidad como la oportunidad de mostrarle al mundo una forma diferente de vivir, amar y servir. Nuestra esperanza en Cristo es tanto el objeto como el enfoque de nuestro testimonio. Anticipamos que, a través de nuestra reflexión sobre la esperanza bíblica, podamos compartir con otros la base y el potencial de nuestra esperanza.
- ¿Cuáles son algunas formas específicas en que la esperanza podría afectar y alentar nuestro alcance a los demás?
- Hebreos 13:16 dice que no se descuide el hacer el bien y el compartir, pero ¿cuáles son las implicaciones específicas para la iglesia si la mayoría de los miembros lo descuidan?
- ¿Cuáles son algunas áreas específicas en las que le gustaría verse más involucrado para ayudar a la iglesia, y qué obstáculos enfrenta para poder hacerlo?