Escrito por Michelle J. Goff, Directora del Ministerio Hermana Rosa de Hierro
La obediencia implica doblar nuestra voluntad a la de otro, usualmente a alguien en una posición de autoridad. Nadie puede servir dos maestros. Aplicamos esa verdad a Dios y al dinero, pero aplica también a Dios y cualquier faceta del “yo” que no se ha rendido a Él.
El Espíritu me dio la palabra “obediencia” cuando primero sentí que era el momento de escribir Una sola razón: Conversaciones con solteras. A lo largo del proyecto, llegué a descubrir un entendimiento renovado y más profundo de esa palabra. Dios me llevó a una afirmación de Su fidelidad que sólo se probaría por mi obediencia.
A veces la obediencia me dio consuelo. Simplemente estaba haciendo lo que Dios me había pedido. En otros momentos, la obediencia me dio claridad. Dios no me había llamado a complacer la cantidad de grupos que querían que yo fuera la representante de su causa por el libro. A veces, la obediencia implicó incomodidad y sacrificio. Lo que Dios me pidió no fue fácil. Finalmente, la obediencia implicó descanso y confianza. Cuando confiaba en Dios y Su guía a lo largo del proceso, podría descansar en la verdad que Él hacía Su parte si yo obedeciera.
Confía en el Señor de todo corazón,
y no en tu propia inteligencia.
Reconócelo en todos tus caminos,
y él allanará tus sendas. (Prov. 3:5-6)
La obediencia es muchísimo más difícil sin confiar, casi imposible.
La obediencia a pesar del dolor significa que confío que el dolor vale la pena y que es temporal, no eterno.
La obediencia a largo plazo significa que no es condicional ni depende de mis sentimientos.
La obediencia es una decisión, un compromiso, una promesa cumplida.
Mi obediencia requiere perseverancia implacable, sumisión continua y confianza completa.
Lo que no sabía cuando primero contesté mi llamado a ser obediente al escribir este libro era las otras áreas de obediencia que se incluían en el paquete…
La obediencia al escribir Una sola razón significaba que tenía que ser obediente en un proceso doloroso de sanación, no sólo sobre el ser soltera.
La obediencia al escuchar y compartir más de las historias de otras mujeres significaba que tenía que ser obediente y fiel a sus voces.
La obediencia al investigar la Palabra de Dios y Su voluntad respeto al tema de la soltería significaba que tenía que ser obediente a desafiar lo que pensaba o no pensaba antes, a representar bien Su voz.
La obediencia puede ser difícil, pero siempre vale la pena. Cuando es modelada y practicada, nos damos cuenta todas las facetas de lo que Dios ha diseñado y deseado para Sus discípulos.
Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, 20 enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo. (Mt. 28:19-20)
Toda autoridad en el cielo y en la tierra se había dado a Jesús… y una parte significante de Su último cargo a los discípulos se trataba de obedecer todo lo que les había mandado, a enseñar a otros cómo obedecer lo que había mandado.
La obediencia a Dios también viene con la promesa que estará con nosotras siempre, hasta el fin del mundo. La obediencia facilita mayor intimidad de relación con Dios. Nos puede aislar de otras relaciones en nuestras vidas, pero siempre nos permite elegir.
Dios nos invita a escoger la obediencia. No nos lo demanda para que robóticamente cumplamos con Sus mandatos árbitros. Sino que es una oportunidad a la vida abundante, prometida a los que escogen seguirle, rendir su propia voluntad, confiar en nuestro Creador y Padre celestial quien conoce nuestras necesidades y nos ama incondicionalmente.
Mi propia historia de obediencia está llena de momentos de desobediencia también. No comparto mi historia de obediencia como un modelo perfecto. Dios redimió mis momentos de desconfianza y duda, y me invitó a un compromiso renovado a la obediencia.
El fruto de esa obediencia es la bendición de animar, equipar y empoderar a solteras y solteras de nuevo a través de Una sola razón: Conversaciones con solteras. Cuando somos obedientes, podemos ser instrumento para permitir la obediencia de otros.
Gracias por acompañarnos en nuestro camino hacia la obediencia. Si hay una manera específica en la que podemos orar por ti en tu propio camino obediente, avísanos. Finalmente, nos encantaría escuchar un poco de lo que significa la obediencia para ti. ¿Hay parte de tu historia de obediencia que estarías dispuesta a compartir?