Escrito por Johana Batres, voluntaria del Ministerio Hermana Rosa de Hierro en Colorado Springs, CO
...todo estaba ya escrito en tu libro; todos mis días se estaban diseñando, aunque no existía uno solo de ellos. (Sal. 139:16)
Les invito a leer Salmo 139:13-18:
13 Tú creaste mis entrañas;
me formaste en el vientre de mi madre.
14 ¡Te alabo porque soy una creación admirable!
¡Tus obras son maravillosas,
y esto lo sé muy bien!
15 Mis huesos no te fueron desconocidos
cuando en lo más recóndito era yo formado,
cuando en lo más profundo de la tierra
era yo entretejido.
16 Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación:
todo estaba ya escrito en tu libro;
todos mis días se estaban diseñando,
aunque no existía uno solo de ellos.
17 ¡Cuán preciosos, oh Dios, me son tus pensamientos!
¡Cuán inmensa es la suma de ellos!
18 Si me propusiera contarlos,
sumarían más que los granos de arena.
Y, si terminara de hacerlo,
aún estaría a tu lado.
Alguna vez te has preguntado, ¿a dónde te está guiando Dios? Dios nos habla y trabaja de diferentes maneras en cada una. Y como Padre amoroso, siempre va a querer lo mejor para cada una de nosotras.
Tengo dos hijas adolescentes, y como madre quiero lo mejor para ellas. Por lo tanto, tomo tiempo para estar con ellas, para escucharlas, para darles el mejor consejo basado en la Palabra de Dios y animarlas a que tomen decisiones que agraden a Dios. No puedo obligarlas, porque estando fuera de casa, no puedo ver las decisiones que ellas estén eligiendo. Pero tengo la seguridad de que Dios vela por ellas.
Creo firmemente que Dios está personalmente involucrado y ocupado con cada persona en el planeta. Porque a Dios le importa “si un pájaro cae en tierra” (Mat. 10:29) y “si uno solo de tus cabellos se vuelve blanco” (Mat. 5:36).Creo que Dios está interesado en las decisiones que tú y yo hacemos. Las Escrituras aseguran que nosotras “valemos más que muchos pájaros” (Luc. 12:7).
Dios tiene preferencias respecto a las decisiones que tomamos y quiere revelarnos esas preferencias. Sin embargo, Dios no nos forzará a tomarlas. Él desea que nosotras las elijamos libremente. Así, elegir sabiamente y con amor requiere discernimiento. ¿Y cómo vas a encontrar discernimiento? Bueno, es simple, por medio de la oración.
Cultivar una vida de oración quiere decir que vas hablar con Dios en todo tiempo – no solamente en tiempo de crisis, y de problemas, sino de manera regular – requiere tiempo. Toma tiempo aprender a escuchar, realmente escuchar, a Dios en oración y no solamente pedirle a Dios que te escuche. Pasar un tiempo juntos requiere a la vez honestidad y paciencia mientras aguardas a escuchar lo que Dios pueda estarte diciendo. Haz una cita diaria con Dios. Dios tal vez no siempre hable en la quietud de tu soledad. A menudo Dios responderá a través de Su Palabra, un amigo, un compañero de trabajo, un miembro de tu familia, o incluso los eventos de la vida diaria.
La confianza es otra actitud necesaria para el discernimiento. Confía en el Espíritu Santo trabajando en tu vida; confía en que Dios te ama más de lo que nunca podrías imaginar; e, igualmente importante, confía en que Dios quiere lo mejor para ti. Dada esta premisa final, recuerda que es Dios quien está a cargo.
El Salmo 139:16, reconoce la mano soberana de Dios en nuestras vidas. No sabemos cómo usará Dios las circunstancias, pero podemos descansar seguras en que Él sabe todo de nosotras y guía nuestros pasos.
Demos gracias a Dios por la bendición de ser Sus hijas, porque Él nos conoce, nos moldea y guía nuestras vidas hacia un lugar mejor.
Estoy agradecida con Dios y con varias hermanas y amigas que me han confiado sus historias de vida. Servirles me ha ayudado a profundizar mi amor por Dios, quien me ayuda a saber qué es lo que deseo, me hace consciente de mi propia vulnerabilidad y me alienta en tiempos de adversidad. Asimismo, al servirles he rogado al Señor regularmente para que me ayude a “ver” más claramente hacia dónde me está guiando Dios. Y eso mismo deseo para ti.
¿Qué cambios puedes hacer para descubrir la guía de Dios o cumplir con Su llamado para tu vida? ¿Cómo has visto la mano soberana de Dios en tu vida? Me encantaría escuchar y celebrar tu historia también.