Siempre quería ver cómo vivía la iglesia del primer siglo, experimentar lo que Lucas describe en Hechos 2.
Hechos 2:42-47
42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. 43 Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. 44 Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; 45 y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. 46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, 47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.
Durante mi vida, he tenido la bendición de sentir ese mismo espíritu en varias congregaciones. Y cuando lo veo en acción, hay unos elementos fundamentales, enlistados en el texto, que tienen que estar presente para revivir y sentir el espíritu de la iglesia primitiva.
• Perseveraban en la doctrina de los apóstoles: Sin un tiempo dedicado en la Palabra, ¿cómo podemos obtener un espíritu de unidad? Es Cristo que nos hace uno. Y cuando profundizamos la Biblia juntos, profundizamos el entendimiento y ampliamos nuestra perspectiva.
• Perseveraban en la comunión unos con otros: ¿Podemos ser uno sin pasar tiempo juntos? Suena sencillo, pero en nuestras vidas ocupadas, agendas repletas de actividades, el pasar tiempo en comunión, unos con otros, tiene que ser una prioridad. Puede que requiere un poco de creatividad en los tiempos del coronavirus, pero sigue siendo posible, aún si es solamente virtual.
• Perseveraban en el partimiento del pan: ¡Comida! Sea en referencia a la Santa Cena o una comida compartida, la importancia de partir el pan juntos, comer juntos, tener comunión unos con otros, hasta aprendiendo lo que les guste o no les guste comer… todo eso es parte del diseño. Otra vez se necesita la creatividad hoy día.
• Perseveraban en la oración: Cuando nos reunimos, no podemos dejar al lado la comunicación con el Padre, de una voz, en oración. La adoración, la confesión, las peticiones, y el agradecimiento… cada faceta de la oración, importante a solas, se enriquece cuando oramos juntos.
• Los creyentes estaban juntos: ¿Mencioné que pasaban tiempo juntos? No estamos hablando del tiempo compartido en el Facebook, sino cara a cara. Y ¿podemos estar juntos de verdad cuando nada más nos vemos de lado en el culto congregacional los domingos? Podemos estar juntos de espíritu aún cuando no lo podemos hacer físicamente.
• Los creyentes tenían todo en común: Cuando uno pasa tanto tiempo junto al otro, llega a conocerse de una forma mucho más profunda… los sueños, las frustraciones y las vidas… todo compartido. Somos uno, así como el Hijo y el Padre son uno.
• Cumplían las necesidades de los demás: La prioridad era “todos” y “los demás.” Mis necesidades personales se minimizaron en comparación con las de los demás.
• ¡Todos los días! ¿Mencioné cuánto tiempo pasaron en comunión y comunicación unos con otros?
• Unánimes en el templo: Sí, es importante congregarnos para el tiempo de adoración, comunión y enseñanza, aún si es de una forma virtual.
• En las casas: Pero no podemos ignorar la importancia de abrir las puertas de nuestras casas para partir pan, comer juntos, y compartir las vidas… hasta donde el coronavirus permite, pero cuánto anhelamos volver a compartir así, ¿no?
• Con alegría y sencillez de corazón: ¡Qué gozo estar con otros cristianos!
• Alabando a Dios: Hay tantas historias por compartir que dan gloria a Dios, testimonios de cómo Él está trabajando y oportunidades para darle toda la honra.
• Teniendo favor con todo el pueblo: Es una vida contagiosa de gozo.
• El Señor añadía a la iglesia cada día: Dios es el que da el crecimiento, pero ellos plantaban y regaban, el evangelismo, que facilitó ese crecimiento.
Vamos a vivir como la iglesia del primer siglo… ¡juntos!