Mateo escribió a los judíos sobre Jesús, Mesías: el cumplimiento de la profecía y Él que estableció el reino.
Marcos dio un resumen con full-acción sobre cómo la gente se asombraba de todo lo que Jesús hacía.
Lucas escogió la audiencia de los gentiles que no estaba familiarizada con las tradiciones judías y que anhelaba escuchar otros detalles de Su tiempo en la tierra.
Juan se enfocó más en quién era Jesús y todo lo que representa como el gran YO SOY, el verbo que se hizo carne y habitó entre nosotros.
Cada uno de los cuatro evangelios presenta una perspectiva única de Jesús y cuando se hizo carne y habitó entre nosotros. En diferentes momentos de mi vida, una u otra perspectiva me ha ayudado más que otra.
Un miembro del grupo pequeño hace poco comparó los cuatro evangelios con cuatro rompecabezas. Cada uno demuestra otra imagen y si tratas de poner las piezas de un cuadro al otro, no cuadra.
Juan lo presenta de una forma más temática que cronológica, por ejemplo. Y dado que Lucas escribe a los gentiles y Mateo a los judíos, sus vistas de uno eventos son distintos.
Qué tremenda bendición que tenemos las cuatro perspectivas sobre la historia de nuestro Salvador en la tierra. Sería incompleta si no fuera por los cuatro relatos.
Me he comprometido a leer los cuatro evangelios este mes en honor al tema del mes. ¿Con cuál de los cuatro evangelios nos vas a acompañar este mes?