“Dime con quien andas y te diré quién eres.” Ése y otros refranes reflexionan la importancia de con quiénes pasamos nuestro tiempo.
Hechos 4:13 se ha convertido en uno de mis versículos favoritos.
Me encanta cómo los hombres sin estudios ni preparación se transformaron por el tiempo que pasaron con Jesús. Y todos lo notaron.
Moisés tuvo que poner un velo al bajar del Monte Sinaí dado el resplandor en su rostro que reflejó la gloria de Dios. No se pudo negar que había estado en la presencia de Dios.
Jim Rohn, un expositor famoso, indica que somos el producto o la combinación de las cinco personas con las cuales pasamos más tiempo. ¿Estás de acuerdo?
Toma un momento para pensar en las cinco personas con las cuales pasas más tiempo. Su influencia nos transforma. E importa mucho con quienes pasamos nuestro tiempo.
Los discípulos. Moisés. La gente notaba con quien habían pasado su tiempo. ¿Y qué de ti?
Por lo que dices y por tus acciones, ¿qué observan los demás sobre con quienes has pasado el tiempo?
¿Cómo estás siendo transformada por el tiempo que pasas con Jesús? ¿Se nota que has pasado tiempo en la Palabra, y en oración? ¿Reflejas el resplandor de la gloria de Dios, al vivir una vida transformada?
Y ¿qué de las otras personas con las que pasas mucho tiempo? Debemos estar en el mundo más no ser del mundo. El tiempo que pasamos en grupos pequeños, enfocándonos en Jesús y animándonos hacia esa meta marca una diferencia en nuestras vidas.
El tiempo que pasamos con Jesús y con los demás se va a notar, tal como pasó con los discípulos en Hechos 4:13.
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