Escrito por Mackenzie Lancaster
Romanos 8:35-39
37 Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
“Más que vencedores”
Esa frase me confunde un poquito. Es algo que hemos oído muchas veces, pero ¿realmente sabemos lo que significa? Primero, esos versículos son la conclusión del capítulo ocho de la carta a los Romanos, donde Pablo acaba de terminar de hacer una lista de las dificultades en la vida: la tribulación, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro, la espada... Y luego llega a ese versículo: en TODAS estas cosas somos más que vencedores. Eso significa que no somos simplemente victorioso, pero somos abrumadoramente victoriosos.
Yo traté de pensar en una vez en que me sentía abrumadoramente victoriosa… Hace dos años cuando los Reales de la ciudad de Kansas ganaron la Serie Mundial de béisbol. Hasta me sentía abrumadoramente victoriosa por muchas semanas después. Pero en Cristo, hemos ganado la batalla más grande que no se compara con la Serie Mundial. La batalla que ha sido ganada es porque Dios nos amaba TANTO que Él la ganó por nosotros. Así que, por causa del amor inmenso de Dios, somos victoriosos y somos MAS de vencedores.
Pablo sigue al decir que él está convencido de que nada de este mundo ni del más allá jamás podría separarnos del amor de Dios en Cristo que nos ha traído victoria. Para estar derrotado totalmente, tendríamos que estar separados del amor de Cristo, y Paul cree que eso es imposible: “porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada podrá separarnos.” Paul cubrió todas las posibilidades, no hay NADA que podría separarnos del amor de Dios, ni enemigo, ni situación.
Voy a decir eso una vez más en caso de que alguien no lo leyera con cuidado: NADA podrá separarnos del amor de Dios en Cristo Jesús nuestro SEÑOR.
Al tener esa confirmación, me siento abrumadoramente victoriosa… ¡tal como debemos sentirnos cada día! Por eso Dios dice, “no te preocupes” y “no tengas miedo” porque la batalla ha sido ganada, hemos sido salvados y somos SUYOS y NADA podrá separarnos de Su amor.