Escrito por Mackenzie Lancaster
Romanos 12:1-2
Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.
Estos versículos son un poco pesados. Tienen mucha significancia que puede ser difícil de entender de una vez. Como no hay duda de que Pablo está llamando a sus lectores a actuar, por como comienza con “les ruego.” Eso es más que dar ánimo o sugerir acción; está explicando una necesidad por la acción inmediata.
Luego, Pablo sigue al decir “tomando en cuenta la misericordia de Dios,” algunas versiones dicen “en la luz de la misericordia de Dios.” Es una continuación del tema de los primeros once capítulos en Romanos, donde el enfoque era en la misericordia de Dios con relación a muchos aspectos diferentes. Pero lo demás de lo que Pablo tiene por decir, depende completamente en la misericordia de Dios. El acto de ofrecer a nosotros mismos como sacrifico vivo no sería posible sin el acto de la misericordia de Dios la mandar a Su Hijo para morir por nosotros, efectuando la posibilidad de tener una relación con Él, y así nos permite ser un sacrificio vivo y perfecto.
El acto de ofrecer a nosotros mismos como sacrifico vivo es pesado para mí. Porque eso significa poner todo lo de nosotros mismos al lado como un sacrificio a Dios y decir, “Aquí está todo de lo que tengo, todo lo que soy.” Y eso es algo difícil hacer! Pensando atrás al idea de la misericordia de Dios, sin embargo, se crea esa acción del sacrifico mucho más fácil. Dios hizo el sacrifico máximo para salvarnos, así que haciendo un sacrifico tan grande al Dios quien nos ama tan profundamente, eso no es tan difícil como parece.
La próxima frase en el versículo es pesado también: “no se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente.” Sin embargo, J.B. Phillips hizo su propia traducción que es más fácil de entender: “no permite al mundo que está alrededor de ti, te apriete a su propio molde, sino permite a Dios moldea de nuevo a su mente, dentro a fuera.” Me encanta la imaginería que esa traducción provee a este versículo. El acto de ofrecer a nosotros mismos como sacrifico vivo significa que tenemos que ser renovados, o moldeados de nuevo por Dios. Ese tipo de cambio sólo se puede realizar por la fuerza de Dios que trabaja desde adentro hacia afuera, empezando con nuestros corazones y mentes hacia las acciones.
La parte final del versículo puede darnos mucho animo, “Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.” Si estamos transformados desde adentro hacia afuera, si nos ofrecemos como sacrificio vivo a Dios, luego sabremos Su voluntad “—su voluntad, buena, agradable y perfecta.” Si vivimos una vida de sacrifico para Dios, Él nos guía en Su camino, el camino perfecto… ¿y que más podríamos querer?