Este mes me ha sido de gran desafío. Cuando pienso en Jesús, se me vienen tantos pensamientos que me cuesta enfocarme en uno solo.
En diferentes momentos durante mi vida, Jesús se me ha presentado de formas distintos. Es vivo y activo, así que me cuesta ponerle una descripción limitante que sólo le permite demostrar un aspecto u otro de su persona.
Jesús, Mesías, Príncipe de Paz, Redentor, Maestro, Hijo de Dios, ejemplo, amigo… algunas descripciones ya hemos mencionado este mes a través del blog.
Sin embargo, quiero cerrar el mes de enfoque en Jesús para los blogs con la siguiente reflexión. Hay una diferencia entre pensar en Jesús y pasar tiempo con él.
Mientras más tiempo pasamos con Jesús, más nos enamoramos de Él y más fácil se nos hace describirle a otros.
A veces, cuando tenía novio, cometí el error de hacer muchas cosas por él o para él, pero no con él. Y nos afectó la relación. No quiero que cometamos el mismo error con Jesús.
Hoy, te animo a tomar un momento para pasar un tiempo sentado con Jesús. Imagínate sentada a Sus pies como María (Lucas 10:39), o siguiéndole como hacía la gente, escuchando todo lo que decía. Y luego pregúntate, “Cuando pienso en Jesús…”