En la película, La Novia Princesa, Vizzini, un italiano bajo y calvo, usa la palabra “incomprensible” varias veces. En una ocasión, el español, Inigo Montoya, le responde, “Siempre usas esa palabra. No creo que significa lo que tú crees que significa.”
Usamos las palabras gozo y alegría como si fueran la misma palabra. Sin embargo, en el contexto espiritual, hay una diferencia en la connotación o la interpretación de las dos palabras.
La alegría depende de nuestras circunstancias o lo que pasa.
El gozo transciende nuestras circunstancias y no depende de lo que pasa.
La alegría es pasajera.
El gozo es duradero.
La alegría es un sentimiento.
El gozo es una paz que reside profundamente en el ser.
La alegría no es una promesa para los cristianos.
El gozo es parte del fruto del Espíritu que recibe los que se visten de Cristo en el bautismo.
La alegría va y viene tan pronto como las pertenencias.
El gozo es el contentamiento sin importar lo que poseemos o no poseemos.