Fue un miércoles por la noche en los años 1990. Pusimos la ropa grande que era la moda en ese tiempo para ir a la casa de unos hermanos profesores para cantar, estudiar la Palabra, y compartir en comunión como estudiantes de la universidad de Harding. Éramos muy agradecidos por la oportunidad de compartir en una casa, fuera del dormitorio una noche a la semana.
Había mucha oportunidad para reírnos a carcajada en medio de los estudios bíblicos. Pero el ejemplo más famoso que nos sigue dando risa casi 20 años más tarde fue un miércoles en el cual estaba un solo varón presente. Las chicas le rogamos a que dirigiera unos cánticos, pero resistió porque no cantaba bien.
“No importa,” le respondimos con mucho ánimo. “Nada más tienes que comenzar la canción y enseguida te seguimos. Tú arrancas y estamos aquí mismo para llevarla.”
Ese poco de chicas locas esa noche por fin le convencimos, asegurado de que nada más tenía que comenzar la canción.
“¿Están listas?”
Un coro de “sí” fue la respuesta rápida.
Él tomó un gran suspiro y esperamos con anticipación cuando su voz profunda y monótona dijo, “Jesús,” inmediatamente seguido por, “¡No me apoyaron!”
Aguantamos la risa al exclamar, “Pero no nos dijiste cuál canción sobre Jesús. Hay un montón de canciones que comienzan así.” Y luego cada persona mencionó una canción distinta que tenía en mente, preguntando si fuera la misma que él tenía en mente.
Pero su momento de valentía ya se le pasó. Después de la canción “Jesús” de una sola palabra, nunca jamás le íbamos a volver a convencer a dirigir los cánticos para las reuniones los miércoles en la noche.
Muchos años después, recuerdo esa noche con lágrimas en mis ojos – lágrimas de risa de lo sumamente chistoso que fue la experiencia, pero además, hoy día, una lágrima de gozo al reconocer la belleza de que cada uno tenía una canción distinta sobre Jesús que le venía a la mente.
¿Cuál es tú canción sobre Jesús?