Escrito por Sadia Morales de Mendoza, voluntaria del Ministerio Hermana Rosa de Hierro en México
Sus promesas son maravillosas y me sostienen en un mundo agitado y cabeza abajo. ¿Y a ti, te han sostenido? Cuando más sola me he sentido, me han dicho: “Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo” (Mt 28:20, RVA-2015).
Recuerdo cuando llegué a México, tenía 21 años recién cumplidos. El salir de nuestro país de origen no fue nada fácil, pero la migración siempre ha existido. Tal vez tú has salido de tu entorno o de tu hogar, por trabajo u otros planes, sin saber si todo va a estar bien o no saldrá nada como piensas. Es allí donde las promesas de Dios toman valor y verdad.
Recuerdo que, recién llegada, me hacía tanta falta mi familia, mis hermanos y la iglesia. Es difícil expresar lo que sentimos porque los otros piensan que somos las más felices del mundo por estar cumpliendo un sueño o una respuesta clara de Dios, pero estamos en un lugar nuevo con temores y miedos. Recuerdo esta promesa: “Yo busqué al Señor, y él me oyó y de todos mis temores me libró” (Sal 34:4). Ahora llevo 12 años en los que Sus promesas han sido grandes y fieles, y me han sostenido… porque en 12 años se pasa por varias cosas. “Pues yo sé los planes que tengo para ustedes—dice el Señor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza” (Jer 29:11, NTV). Le creo y confío.
Las hermanas, hermanos, ancianas, jóvenes y niños de la iglesia se han vuelto mi familia. Veo en ellos parte de cada familiar mío. Pero aun con ellos, me he sentido sola, nostálgica y con temores, como una niña en la oscuridad de la noche, esperando que mi mami encendiera la luz y me diera un beso en la frente. Pero ya que ella no puede por la distancia, aunque sé que ella no deja de orar por mí, recurro al único y verdadero Dios que puede estar aquí conmigo como con ella en Honduras. Recuerdo el Salmo 121:4-5: “Jamás duerme él que te guarda. Dios es quien te cuida…Él es tu sombra protectora”.
Y otra promesa: “Y su paz que sobrepasa todo entendimiento guarda mi corazón y mis pensamientos en Cristo Jesús” (Fil 4:7). Si lo ha hecho conmigo, contigo lo hará.
Así que, aunque tu camino sea difícil o estés cambiando de ciudad o saliendo de tu país de origen, o estés empezando de nuevo en el lugar donde te estás adaptando, el Señor Jesús te sostendrá. Él guardará tu entrada y tu salida desde ahora y para siempre. Y aparte peleará por ti. Así que no te apartes de Él, ni a la derecha ni a la izquierda. Sigue en el camino, y Él guardará tu alma. ¡Cree Sus promesas! Sé fiel, porque Él es fiel; y vistámonos de amor, que es el vínculo perfecto.
Dios puede convertir las situaciones difíciles en bendiciones, y nuestras experiencias más amargas en un dulce testimonio de Su gracia y poder. Demos gracias porque Sus promesas nos sostienen y en ellas para siempre confiaremos.
Sus promesas son muchas, pero, ¿cuál ha sido tu favorita en las diferentes etapas de tu vida? ¿Puedes reconocer alguna?
Que el Señor bendiga tu vida. Él siempre cumplirá Sus promesas. ¡No dejes de creerle!