No soy una viajera nerviosa. Disfruto el volar y anticipo el momento del despegue en que me empuja en el asiento del avión. Me pone a dormir y si es un vuelo corto, me despierto automáticamente al empezar a descender.
Más tarde hoy mismo, el vuelo que voy a tomar es largo – sin parada entre Dallas y Santiago, Chile, donde voy a montarme en otro avión para llegar a Buenos Aires, Argentina, para comenzar el primer paso de este viaje de tres semanas.
Cuando viajo, pone a prueba mi fe dado que hay muchas más cosas fuera de mi control que cuando estoy en casa: mi horario, mi comida, y hasta mi seguridad.
Los viajes que hago sirven como recordatorio de cómo Dios es fiel para protegerme y cuidarme, no importa dónde me encuentro.
Durante las próximas tres semanas, mientras estoy viajando, acompáñame, por favor, en llevar las siguientes peticiones al Padre.
- Seguridad y falta de complicaciones en la logística de los viajes entre tres países
- Mi salud, especialmente para mi sistema digestivo y la facilidad de encontrar la comida que necesito
- Que Dios hable a través de mí para animar y bendecir a todas las mujeres que conozco
- Que Dios bendiga la congregación Redentor que va a recibirme en Buenos Aires, y las clases que daré allí
- Que Dios bendiga todos los que asisten el campamento nacional en Cochabamba, Bolivia
- Que Dios hable a través de mí y que nos regocijemos con las Hermanas Conectadas en Cristo, en Santiago, Chile, para la conferencia