Escrito por Débora Rodrigo, voluntaria del Ministerio Hermana Rosa de Hierro en España
Cuando era adolescente, me llamaban la atención esos programas de televisión en los que profesionales de la apariencia física hacen un cambio de estilo completo a participantes comunes. Los cambios iban desde todo tipo de propuestas de peinado, cortes de pelo, remodelación de vestuario, maquillaje y otras tantas propuestas más que no pasaban de lo físico. Al final del programa, era difícil reconocer a la persona inicial. Muchas veces me pregunté si, después de concluido el programa, los participantes continuarían asumiendo esa nueva apariencia en su día a día o si quedaría sólo como una experiencia más. Siempre dudé de que así fuera.
Cuando una persona decide convertirse en seguidora de Cristo, se producen en ella otra serie de cambios. En este caso se trata de cambios no tan superficiales, sino más profundos, de dentro de su alma y su ser, aunque muchos de ellos también pueden verse por fuera. Pero no son cambios que se producen una vez y ya está. Se trata de un proceso en el que nuevos cambios se irán sumando paulatinamente y en el que, además, hay que hacer un esfuerzo, muchas veces intencional, por mantenerlos. La santidad no es algo que podamos alcanzar de repente o que otros puedan otorgarnos. La santidad es algo que se construye poco a poco, es un proceso que irá avanzando mientras estemos en este mundo y que culminará el día en que nos encontremos con nuestro Señor.
Colosenses 3 compara la conversión y el proceso de santidad con un cambio de vestuario. Cuando iniciamos nuestro caminar junto a Jesús, dejamos nuestro viejo ropaje a un lado e iniciamos la marcha con un nuevo atuendo. Poco a poco vamos completando y añadiendo complementos a nuestra vestimenta. En este caso, se trata de un atuendo mucho más acorde a nuestra personalidad y lo que somos y hemos decidido nosotros mismos, nada que ver con aquellos programas de televisión con los que entretener a las masas.
Hablando en términos espirituales, ¿puedes ver un cambio de estilo a lo largo de tu vida? ¿Cómo describes tu nueva vestimenta? ¿Qué complementos aún te faltan por añadir a tu atuendo?