Escrito por Johana Batres, voluntaria del Ministerio Hermana Rosa de Hierro en Colorado Springs, CO
“...Tú eres el dueño de todo, y lo que te hemos dado, de Ti lo hemos recibido.” (1 Crónicas 29:14)
Les invito a leer 1 Crónicas 29:1-14:
“Ofrendas para el templo
1 El rey David le dijo a toda la asamblea: «Dios ha escogido a mi hijo Salomón, pero para una obra de esta magnitud todavía le falta experiencia. El palacio no es para un hombre, sino para Dios el Señor. 2 Con mucho esfuerzo he hecho los preparativos para el templo de Dios. He conseguido oro para los objetos de oro, plata para los de plata, bronce para los de bronce, hierro para los de hierro, madera para los de madera, y piedras de ónice, piedras de engaste, piedras talladas de diversos colores, piedras preciosas de toda clase, y mármol en abundancia. 3 Además, aparte de lo que ya he conseguido, por amor al templo de mi Dios entrego para su templo todo el oro y la plata que poseo: 4 cien mil kilos de oro de Ofir y doscientos treinta mil kilos de plata[a] finísima, para recubrir las paredes de los edificios, 5 para todos los objetos de oro y de plata, y para toda clase de trabajo que hagan los orfebres. ¿Quién de ustedes quiere hoy dar una ofrenda al Señor?»
6 Entonces los jefes de familia, los jefes de las tribus de Israel, los jefes de mil y de cien soldados, y los encargados de las obras del rey hicieron sus ofrendas voluntarias. 7 Donaron para las obras del templo de Dios ciento sesenta y cinco mil kilos y diez mil monedas de oro, trescientos treinta mil kilos de plata, y alrededor de seiscientos mil kilos de bronce y tres millones trescientos mil kilos de hierro.[b] 8 Los que tenían piedras preciosas las entregaron a Jehiel el guersonita para el tesoro del templo del Señor. 9 El pueblo estaba muy contento de poder dar voluntariamente[c] sus ofrendas al Señor, y también el rey David se sentía muy feliz.
Oración de David
10 Entonces David bendijo así al Señor en presencia de toda la asamblea:
«¡Bendito seas, Señor,
Dios de nuestro padre Israel,
desde siempre y para siempre!
11 Tuyos son, Señor,
la grandeza y el poder,
la gloria, la victoria y la majestad.
Tuyo es todo cuanto hay
en el cielo y en la tierra.
Tuyo también es el reino,
y tú estás por encima de todo.
12 De ti proceden la riqueza y el honor;
tú lo gobiernas todo.
En tus manos están la fuerza y el poder,
y eres tú quien engrandece y fortalece a todos.
13 Por eso, Dios nuestro, te damos gracias,
y a tu glorioso nombre tributamos alabanzas.
14 »Pero ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que podamos darte estas ofrendas voluntarias? En verdad, tú eres el dueño de todo, y lo que te hemos dado, de ti lo hemos recibido».”
Aunque Dios no eligió al rey David para construir su templo, David invirtió todos sus recursos en el proyecto (1 Crónicas 29:1-5). Los otros líderes y el pueblo también dieron con generosidad (vv. 6-9). El rey reconoció que todo lo que habían ofrendado, Dios—el Creador, Sustentador y Dueño de todo—se lo había dado primeramente a ellos (vv.10-16).
Dios da primero, y siempre supera a sus dadores más generosos. Cuando reconocemos que Dios es el Dueño de todo, podemos comprometernos a dar con gratitud, generosidad y fidelidad. Y podemos confiar en que el Señor nos proveerá, incluso mediante la generosidad de otros.
Pidámosle a Dios que nos ayude a dar, con disposición y sin egoísmo, nuestro tiempo, consejos y recursos.