Mis oraciones, a veces, son una sola palabra. En otros momentos, las palabras se me salen de una forma que hasta un fariseo las llamaría mucha palabrería.
¿Tus palabras salen monótonas? ¿O están llenas de pasión?
Para mí, depende del día y de lo que hay en mi corazón.
Cuando Jesús enseñó a Sus discípulos a orar, no le importaba tanto las palabras como el corazón.
Y mi corazón se encuentra en mejor lugar para mis expresiones de oración cuando primero haya ido al Padre para escuchar Su corazón.
Cuando paso tiempo en la Palabra de Dios, reconozco Sus pensamientos, Sus deseos, Su voluntad. La mía se alinea más con la de Él.
Pero cuando no estoy leyendo la Biblia, mis oraciones suenan más desesperadas y egoístas.
Por lo tanto, durante este mes de oración por el Ministerio Hermana Rosa de Hierro, no sólo incluimos una petición o un agradecimiento como el tema de la oración. Más también y más importante, anotamos al menos un versículo bíblico para escuchar la voz del Señor primero. De esa manera, alineamos nuestras palabras y voluntad con las Suyas.
Gracias por acompañarnos en la oración por el escuchar.
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