Nos encanta construir relaciones. Suscríbete a nuestro blog para recibir ánimo semanal en tu bandeja de entrada de correo electrónico.
Etiquetas
Búsqueda
Compras en línea
Nuestros libros, recursos gratis, tarjetas, botellas de agua, y más
Blog
Más entradas del blog abajo
- Detalles

Cuando ningún otro israelita quiso enfrentar a Goliat, David se ofreció. Sus hermanos temblaron con las amenazas; David se molestó cuando Goliat desafió a Israel, al nombre de Dios, y la gente de Dios.
Sin embargo, cuando David empezó a averiguar sobre pelear al gigante, le acusaron de buscar su propia glora.
“Eliab, el hermano mayor de David, lo oyó hablar con los hombres y se puso furioso con él. Le reclamó:
—¿Qué has venido a hacer aquí? ¿Con quién has dejado esas pocas ovejas en el desierto? Yo te conozco. Eres un atrevido y mal intencionado. ¡Seguro que has venido para ver la batalla!” ~ I Samuel 17:28
El hombre con un corazón conforme al de Dios – ¿mal intencionado o con el deseo de hacer brillar a Dios?
Unos pocos versículos más adelante, vemos la respuesta…
“David le contestó:
—Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del Señor Todopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel, a los que has desafiado. Hoy mismo el Señor te entregará en mis manos; y yo te mataré y te cortaré la cabeza. Hoy mismo echaré los cadáveres del ejército filisteo a las aves del cielo y a las fieras del campo, y todo el mundo sabrá que hay un Dios en Israel. Todos los que están aquí reconocerán que el Señor salva sin necesidad de espada ni de lanza. La batalla es del Señor, y él los entregará a ustedes en nuestras manos.” ~ I Samuel 17:45-47
Cuando piensas en la historia de David y Goliat, ¿a quién das la victoria? El primer pensamiento es en David. Reconocemos al que gana la victoria y descuidamos la gloria y la honra que van al que hizo posible la victoria.
Vamos a tomar un momento para aclamar al héroe conquistador verdadero – al Dios que nos concede la victoria por el poder de su nombre.
- Detalles

Hay muchos beneficios del entrenamiento espiritual y muchas maneras en que uno lo puede lograr. Es un proceso activo que requiere compromiso y dedicación. La decisión de prepararte espiritualmente es el primer paso para poder correr con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Sin embargo, si no duermes lo suficiente, se te hace difícil correr cualquier carrera o entrenarte espiritualmente.
En el libro, Corazón Peregrino, de Darryl Tippens, él menciona el descanso o el sueño como una de las disciplinas espirituales. Estoy totalmente de acuerdo. No puedo enfocarme bien, correr largas distancias, ni perseverar tanto tiempo si no he descansado bien. Afecta mi actitud, mi resistencia, y hasta mi salud física si no he dormido lo suficiente.
Dormir bien nos cuesta a unos. Reconozco la ironía de hablar de descansar para el blog, “Despiértate los miércoles,” pero te animo a tomar un momento para reflexionar sobre el descanso como parte de tu entrenamiento espiritual. Haz que el sueño sea de prioridad al menos una noche esta semana. Otras cosas pueden esperar hasta el siguiente día. El descanso es un elemento imprescindible del entrenamiento espiritual.