Nos encanta construir relaciones. Suscríbete a nuestro blog para recibir ánimo semanal en tu bandeja de entrada de correo electrónico.
Etiquetas
Búsqueda
Compras en línea
Nuestros libros, recursos gratis, tarjetas, botellas de agua, y más
Blog
Más entradas del blog abajo
- Detalles

Tengo la letra de la canción "Cuánto nos ama Dios" del grupo David Crowder Band, pegada, repitiéndose en mi mente a cada rato. Me ha forzado reflexionar sobre el significado de la letra y por qué estoy enfocada en esa letra, "Dios me es celoso." 1 Corintios 13 dice que el amor no es envidioso. La envidia y los celos para muchos son relacionados, pero te animo a considerar cómo son distintos. La envidia es la emoción que lleva a codiciar lo que tiene otro. Se menciona en los Diez Mandamientos que no se debe codiciar.
Por el otro lado, los celos significa que quieres algo para ti sólo. Puede ser, por supuesto, una emoción egoísta e insaludable, pero dice 1 Corintios 13 también que el amor no es egoísta.
El amor de Dios es un amor celoso porque Él quiere que estemos únicamente con Él. No quiere que yo tenga otros dioses en Su lugar. Es mi Creador amoroso y Padre bondadoso que quiere lo mejor para conmigo. Dios me es celoso.
Hoy, vamos a renovar lo que permitimos tener celos en nuestras vidas. Dios nos ame con un amor celoso. Y que le debemos demostrar nuestro amor exclusivo, dedicado a Él.
- Detalles

Recuerda que ando errante y afligido,
que me embargan la hiel y la amargura.
Siempre tengo esto presente,
y por eso me deprimo.
Pero algo más me viene a la memoria,
lo cual me llena de esperanza:
El gran amor del Señor nunca se acaba,
y su compasión jamás se agota.
Cada mañana se renuevan sus bondades;
¡muy grande es su fidelidad!
Por tanto, digo:
«El Señor es todo lo que tengo.
¡En él esperaré!»
Bueno es el Señor con quienes en él confían,
con todos los que lo buscan.
Bueno es esperar calladamente
a que el Señor venga a salvarnos.
Bueno es que el hombre aprenda
a llevar el yugo desde su juventud.
¡Déjenlo estar solo y en silencio,
porque así el Señor se lo impuso!
¡Que hunda el rostro en el polvo!
¡Tal vez haya esperanza todavía!
¡Que dé la otra mejilla a quien lo hiera,
y quede así cubierto de oprobio!
El Señor nos ha rechazado,
pero no será para siempre.
Nos hace sufrir, pero también nos compadece,
porque es muy grande su amor.
El Señor nos hiere y nos aflige,
pero no porque sea de su agrado.
Lamentaciones 3:19-33