Escrito por Brenda Brizendine, subdirectora del Ministerio Hermana Rosa de Hierro
Consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio. Pongan en práctica lo que de mí han aprendido, recibido y oído, además de lo que han visto en mí y el Dios de paz estará con ustedes.
(Fil 4:8-9 NVI)
La Biblia nos instruye a pensar en buenas cosas, aquellas que nos edifican. ¿Por qué? Porque nuestros pensamientos afectan nuestras actitudes, nuestro ánimo, nuestra percepción de nosotras mismas e incluso nuestras relaciones. Nuestros pensamientos están ligados a nuestro gozo, alegría y en general, la calidad de vida que llevamos.
Hace unos meses, comenzamos a estudiar el libro ¿Quien tiene la última palabra? escrito por Michelle J. Goff, con las damas en la congregación a la que asisto, y este libro nos recuerda que podemos usar la verdad de la Palabra de Dios para cortar las mentiras que Satanás o nosotras mismas hemos puesto en nuestra mente o corazón. En él, Michelle nos enseña que, al recordar la verdad de la Palabra de Dios, memorizarla e interiorizarla en nuestros corazones y mentes, iniciamos un proceso de transformación que nos permite darnos cuenta de la vida abundante que podemos tener en Jesús, una vida que Satanás desea robarnos.
El año pasado, como parte del compromiso que adquirí con Cristo, escogí el Salmo 46:10 para estudiarlo, entenderlo y vivirlo. ¡Vaya si Dios sabía que necesitaría estar “quieta” para afrontar todas las situaciones que se presentaron en mi vida y familia! Pero Él sabía mejor que yo, más allá de estar quieta, yo necesitaba recordar que Él sigue siendo Dios y Señor sobre toda circunstancia.
Inicio el 2025 aún con preguntas sin responder, situaciones sin resolver, transiciones por vivir, pero estoy lista para continuar practicando el vivir en la verdad que Dios ha dejado en Su palabra. Voy a flaquear y dudar, definitivamente, pero al regresar a Su palabra, evaluar mis pensamientos y deliberadamente escoger pensar en “todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, todo lo que sea excelente o merezca elogio,” podré practicar como una mujer sabia.
Romanos 12:2 dice: “No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cómo es la voluntad de Dios: buena, agradable y perfecta.” La próxima vez que notes que estás pensando en cosas negativas, escoge reemplazar esos pensamientos con la verdad de la Palabra de Dios. Por ejemplo, si piensas en que debes rendirte, busca la verdad en la Palabra y decide meditar en versículos como: Deuteronomio 31:6, Gálatas 6:9, Filipenses 4:13. O cuando el enemigo trate de convencerte de que no mereces amor, recuérdale lo que Dios dice acerca de ti en Salmo 139, Jeremías 1:5 o Romanos 8:38.
Aprender a controlar tu mente puede ser como tratar de domar un animal salvaje. Pero “el Señor dice: «Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y velaré por ti.” (Sal 32:8) Continúa practicando: Apóyate en Dios y sigue pidiéndole Su ayuda para conocer Su verdad. Comenzarás a ver cambios. Cambios que afectarán las otras áreas de tu vida “y el Dios de paz estará contigo”.
Ahora, con lo que has aprendido:
- Comparte una verdad de la Palabra de Dios en la que quieres crecer o florecer (poner en práctica)
- Identifica una mentira que deseas eliminar con la verdad de la Palabra de Dios
- Identifica una hermana que puede ser como hierro que afila hierro en tu vida y puede recordarte la verdad que escogiste en el inciso 1.