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Después de que se nos fue la neblina, empacamos el carro y fuimos al río. El pequeño frío del agua se nos fue al salpicar, nadar, tirar piedras, y flotar en la corriente suave. Después de pasar la mañana en el río, volvimos a casa para limpiarnos y almorzar.
Pero en la mente del niño de casi cinco años, ya nos habíamos bañado, así que no hacía falta un baño en la casa. Su mamá le explicó con paciencia que su cuerpo estaba tan sucio como el traje de baño que acababa de quitar, marcado por la mugre del río.
Tan pronto volvimos a la casa, subí la escalera para bañarme rapidito y luego preparar el almuerzo para todos. Pero al entrar en la ducha y permitir que el agua limpia me bañara, el sentir de “rapidito” se me fue con lo sucio. Me sentí renovada y refrescada. No quería salir de la ducha y jamás quería que se me pasara lo que sentí en ese momento.
Mis pensamientos volvieron al sentido más profundo de la renovación que recibimos cuando nos bañamos en el poder limpiador del Agua Viva. ¿Has probado de esa agua?
Mi pequeño esfuerzo insuficiente jamás me llevará a lo que puede proveer la fuente de la verdadera agua viva.
Jeremías refiere al Señor como una fuente de agua viva. Y sea que nos limpiamos por ella en las aguas del bautismo, sea por la renovación del arrepentimiento, o sea por tomarla, es sin igual.
Juan 4:13-14
Jesús contestó:
—Cualquiera que beba de esta agua pronto volverá a tener sed, pero todos los que beban del agua que yo doy no tendrán sed jamás. Esa agua se convierte en un manantial que brota con frescura dentro de ellos y les da vida eterna.
Juan 7:37b-38
«¡Todo el que tenga sed puede venir a mí! ¡Todo el que crea en mí puede venir y beber! Pues las Escrituras declaran: “De su corazón, brotarán ríos de agua viva”»
#HermanaRosadeHierro #restauración #aguaviva
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¿Te permites descansar cada día?
Escrito por Débora Rodrigo de Racancoj
Es fácil encontrar algunas tablas guía que médicos y otros profesionales ponen a disposición de padres y educadores que muestran cuántas horas de sueño diarias son necesarias para un niño promedio según su edad. Los profesionales saben e insisten en la importancia del descanso para las personas, especialmente para los niños. Es una pieza fundamental en su desarrollo. Les hace crecer sanos y desarrollarse correctamente.
Nosotras, como cristianas, estamos también en crecimiento y desarrollo constante (Fil. 1:6), el descanso del espíritu es también fundamental para nosotras, así como el físico lo es para los niños.
Sabemos que encontramos descanso en Jesús, y lo dice claramente en las escrituras: “venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mt. 11:28). La palabra griega para “descansar” que se utiliza en el original en este versículo es ἀναπαύω (anapauo). Esta palabra tiene algo interesante en su composición. La primera parte de la palabra es la preposición ἀνα- (ana-) que indica, entre otros de sus significados, repetición. El descanso es una actividad repetitiva, que ocurre una y otra vez.
Muchas veces vemos el descanso como una necesidad después de realizar una tarea extenuante o desgastante, pero lo cierto es que cada una de nosotras tenemos una cita programada cada día después de que se pone el sol con nuestra almohada para descansar. No sólo descansamos cuando estamos agotadas. Cada día, independientemente de lo cansadas que estemos, dormimos una cantidad importante de horas porque sabemos que si no lo hacemos no soportaremos las exigencias del día siguiente. Y esto se repite cada día, una y otra vez.
En el terreno espiritual, programar un tiempo de descanso con Jesús cada día es para la mayoría de nosotras una tarea pendiente. Pensamos en él seguramente sin dudarlo cuando las exigencias y los problemas de la vida nos dejan sin fuerza. Entonces acudimos a Jesús e imploramos restauración, renovación, descanso. Pero tan pronto como tenemos fuerzas de nuevo nos olvidamos de que necesitamos descansar de forma periódica para reponer fuerzas.
Si queremos crecer y desarrollarnos sanas espiritualmente, necesitamos programar un tiempo de descanso diario. No he visto todavía ninguna tabla guía que nos indique la cantidad de tiempo diario que necesitamos pasar con Jesús para nuestro descanso espiritual, pero sospecho que muchas de nosotras estaríamos incumpliendo el tiempo mínimo recomendado. ¿Crees que podemos así crecer y desarrollarnos espiritualmente? ¿Piensas que estaremos preparándonos correctamente para pruebas, tentaciones y demás?
Y tú, ¿has descansado suficiente para enfrentar el día de hoy?
#HermanaRosadeHierro #restauración #descansar