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¿Nos conocemos bien? Tengo unas amigas cuyas frases puedo terminar sin que ellas digan más nada. Puedo asustar a otras personas por la manera en la que entiendo hasta lo que están pensando.
Quizás tú y yo nos conocimos en una conferencia que enseñé en tu congregación local. O quizás nos reunimos por un tiempo en la misma iglesia. Si nos conocimos una sola vez, o si hemos hecho un viaje juntas, espero que me hayas llegado a conocer más profundamente a través de este blog.
La transparencia y la autenticidad son características que trato de incluir en las historias que cuento. Entonces, para la entrada de blog hoy, les voy a hacer algunas preguntas para ver cuánto me conocen. Pero, lee hasta el final porque va a ver una aplicación espiritual.
1. ¿Cuál es mi color favorito?
2. Mi flor favorita:
3. Mis dos favoritos equipos deportivos:
4. Donde nací:
5. Mi sabor favorito de torta:
6. ¿Café o té?
7. Las cinco ciudades en las cuales he vivido como adulta:
8. Uno de mis cinco versículos favoritos:
9. Lo que más me humilla y me honra al estar involucrada en el Ministerio Hermana Rosa de Hierro:
10. La manera más fuerte en la cual Satanás me ataca personalmente:
¡Felicitaciones si sabes las respuestas a todas las preguntas!
Dios nos conoce íntimamente: cuántos cabellos hay en la cabeza, y cuántos de ellos son gris. Él sabe lo que nos da gozo y lo que nos frustra.
Desafortunadamente, Dios no es el único que reconoce quienes somos de verdad. Satanás nos ataca ferozmente y de una manera muy personal, de acuerdo con nuestras tentaciones, inseguridades, y debilidades particulares.
El padre de la mentira existe para robar, matar, y destruir, y por lo tanto nos impide en la vida abundante que Jesús nos promete en Juan 10:10. Sin embargo, podemos decidir no darle la última palabra.
Reconocemos el poder de la verdad para cortar las mentiras de Satanás y reclamar la vida abundante en Cristo.
Este mes, estamos resaltando algunas porciones del libro ¿Quién tiene la última palabra? Cortando las mentiras de Satanás con la verdad de la Palabra de Dios. Te invitamos a reunirte con un grupo de mujeres para caminar juntas para Reconocer la mentira, Reemplazar la mentira con la verdad y Recordar la verdad por un versículo bíblico.
#HermanaRosadeHierro #QuienTienelaUltimaPalabra #QUP
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Se me olvidó mi cinturón el otro día. Y no llevaba un pantalón que permitía andar sin cinturón. Pasé todo el día distraída por mi pantalón caído. No pude caminar tan rápido como quería y tuve que pasar más tiempo para cuidar de mi ropa.
Ese fastidio no compara con la necesidad de un cinturón como se ve en Efesios 6:14.
En los tiempos de la Biblia, un cinturón fue una parte vital de la ropa. El cinturón o la correa se doblaba por la cintura, y mantenía las mantas en su lugar. Permitía que la persona moviera, caminara, y hasta corriera libremente. Imagínate tratando de cocinar, caminar, o cargar algo mientras sostienes la ropa también.
Cuando el cinturón está bien puesto en su lugar, estamos libres para hacer lo que toca hacer, sin impedimento. No estamos distraídos por la necesidad continua de mantener todo en su lugar.
Cuando el cinturón de la verdad está bien puesto en su lugar, estamos libres para vivir una vida sin impedimento, la vida abundante que Dios nos ofrece. No estamos distraídos por la necesitad continua de determinar lo que es correcto o no, cómo las cosas deben de ser. Todo ya se encuentra en su lugar verdadero.
Pero la descripción que usó Pablo sobre la verdad como cinturón no es sólo una lección para una persona común y corriente. Para un guerrero, el cinturón de la verdad es la primera pieza defensiva de la armadura de Dios. El cinturón hizo que toda otra pieza de la armadura se quedara en su lugar, pero también sirvió como la funda para la pieza diseñada para la ofensiva: la espada. ¿Te imaginas entrar en una batalla sin tu cinturón? Es posible que te sirva por un tiempo, pero lo más grave sería encontrarte con el enemigo sin espada.
El cinturón de la verdad es lo que nos permite atacar al enemigo con la Palabra, la espada… otra vez, con la verdad. La verdad nos sirve para la defensa y también para la ofensiva.
¿Cuál es la importancia de la verdad para nuestra vida diaria? ¿Cómo salen las cosas de mal cuando la verdad no está bien establecida?
Este mes, estamos resaltando algunas porciones del libro ¿Quién tiene la última palabra? Cortando las mentiras de Satanás con la verdad de la Palabra de Dios. Te invitamos a reunirte con un grupo de mujeres para caminar juntas para Reconocer la mentira, Reemplazar la mentira con la verdad y Recordar la verdad por un versículo bíblico.
#HermanaRosadeHierro #QuienTienelaUltimaPalabra #QUP #cinturondelaverdad