A veces, me siento abrumada por todos los programas de dieta que mis amigos promocionan por Facebook. Me regocijo con ellos en su pérdida de peso y su mejoramiento de salud. Sin embargo, no hay un solo plan que funciona igual para toda persona. Somos distintos. Somos únicos. Y no podemos esperar el mismo resultado para uno como para el otro.
El mismo concepto aplica a nuestra dieta espiritual. Es distinta para cada uno. Hay días en los cuales necesito ejercitar mis músculos espirituales en la Palabra. O me hace falta la vitamina “O,” es decir, necesito más tiempo en oración.
La semana pasada, mi mamá tenía muchas ganas de comer vegetales — quizás una indicación de una falta de ciertos nutrientes.
Espiritualmente hablando, a veces no sabemos lo que nos hace falta, pero existe un vacío espiritual que sólo puede llenar nuestro Creador.
Los cinco grupos de comida espiritual se pueden categorizar de la siguiente manera:
- La oración
- La Biblia
- La comunión
- La adoración
- El servicio
¿Qué elemento de tu dieta espiritual te hace falta hoy?