Oraciones el lunes por la mañana
Cada lunes por la mañana, tengo una amiga que fielmente me manda un mensaje de texto, pidiendo peticiones por la semana. No soy la única que tiene la bendición de su hábito. Ella manda un mensaje similar a un grupo de individuos que están sirviendo a tiempo completo en el ministerio alrededor del mundo.
Algunos lunes por la mañana, anticipo su mensaje de texto con alegría. Estoy lista con una petición breve para levantar juntas al Padre. Otros lunes por la mañana, su mensaje me despierta y tardo un momento para que se despierta mi cerebro para ordenar mis pensamientos y mis oraciones. Pero hay unos lunes por la mañana en las que su mensaje de texto me frustra.
Sí, lo leíste bien. La oferta de oración me frustra, no me frustro con la persona ofreciendo la oración, sino con la lista sobrecargada de peticiones que no sé cómo levantar al Padre. Y como me cuesta expresar esas peticiones, ¿cómo voy a poder explicar el peso, la profundidad, y la anchura de esas oraciones en un mensaje de texto con una amiga?
Dios sabe lo que está en mi corazón y las luchas con las que estamos lidiando juntos en oración. Así que cuando llega el momento de compartir esas peticiones con otros, al menos que tengamos el tiempo de conversar y profundizar esas cargas, se me hace más fácil mencionar una petición sencilla, generalizada que apenas toca el superficie.
Gracias a Dios, no tenemos que enviar las peticiones por Twitter (limitación de 140 letras). Tampoco tenemos que presentar un momento perfecto, como de foto, para Instagram. Mis oraciones faltan la perfección con la que se presentan las cosas por Pinterest. ¡Pero está bien!
Dios escucha mi corazón y son la profundidad de relación y la comunicación que más anhela.
Si tus oraciones este lunes por la mañana se encuentran cargadas con el peso de la semana y las frustraciones del día, acompáñame en apreciar la belleza de cómo Dios nos escucha.
Y dale gracias por el honor de compartir esas peticiones con otros, aun cuando no tienes las palabras.