Cada año escojo un enfoque para mis oraciones personales y las que hago para el ministerio. Durante el año pasado, pedí a Dios por sabiduría. El año anterior, por Su provisión – económica y por obreros. He visto Su respuesta a esas peticiones y siguen como parte de mis oraciones por el ministerio junto con mis acciones de gracias por las maneras en las cuales Dios siempre provee. (¡Y gracias a ti por ser parte de esas respuestas!)
Este año, estoy orando para que Dios me ayude a escuchar. Como persona que se mantiene bien ocupada, cuyos pensamientos siempre dan vueltas por la cabeza con una variedad de ideas, fechas, compromisos, y personas, me cuesta parar y escuchar, a estar totalmente presente en el momento y escuchar. Escuchar a Dios, a otros, y al mundo.
El libro de Jeremías tiene más referencias al escuchar u oír que cualquier otro libro de la Biblia. Y se encuentran en referencia al lamento de Dios sobre Su pueblo que no le está prestando atención. No quiero ser causa del lamento de nuestro Padre. Y estoy segura que tú tampoco la quieres ser.
Así que, te invito a acompañarme en escuchar este año.
Qué escuchemos a través de la oración, por los cinco sentidos, por la Palabra, a través de las relaciones, y por la naturaleza. Qué escuchemos por y a la voz de Dios.
Gracias por acompañarnos en oración este mes – especialmente al escuchar cómo Dios nos guía y nos bendice como ministerio.
Escucharé lo que dirá Dios el Señor,
porque hablará paz a su pueblo, a sus santos;
pero que no vuelvan ellos a la insensatez. Salmo 85:8 (LBLA)