Siempre me han encantado los niños. Como niña y adolescente, se me hizo más fácil imaginarme como madre que como novia en un vestido blanco caminando por el pasillo de una iglesia para casarme.
Nunca me he casado y no tengo hijos. Sin embargo, tengo muchos sobrinos y sobrinas adoptivos en muchos países. Soy la “tía divertida” para muchos hijos de mis amigas y me encanta poder vivir en la misma casa con mi sobrino actualmente. Soy la “Tia M” o “Aunt M” dependiendo del idioma que estamos hablando en el momento.
En Venezuela, y en unos otros lugares, hay personas que me llaman “mamá.” No “mamá” con la “a” final extendida, con un tono de sarcasmo, y los ojos subidos en frustración como lo dijeron mis hermanitas cuando fui la hermana mayor muy mandona. Sino “mamá” como un término de aprecio y respeto por haber sido una parte de su nacimiento espiritual y por haber caminado con ellos durante sus primeros años en la fe. “Mamá” como alguien que siempre les mantiene en sus oraciones. “Mamá como un llamado por ayuda cuando el camino se hace muy difícil para caminar a solas.
Doy gracias a Dios por la oportunidad de ser “madre” a muchos hijos espirituales. Doy gracias a Dios por transformar mi actitud de sentirme decepcionada por no tener hijos tradicionales a tener un sentido de pertenencia y cumplimiento al poder tocar las vidas de tantos hijos como su madre espiritual. Doy gracias a Dios por cambiar mis expectativas. Si has tenido frustraciones o decepciones similares, le pido a Dios que te llene de una paz y perspectiva nueva. ¡Necesitamos más madres espirituales.
Sobre todo, en honor al Día de la Madre este domingo, le doy gracias a Dios por mis madres espirituales. Ante todo, mi propia madre, Jocelynn Goff. También su madre, Barbara Brown, y la madre adoptiva de mi papá, Evelyn Cobb, y muchas otras madres espirituales (más de las que puedo nombrar aquí) quienes me han enseñado con su ejemplo a ser la madre espiritual que he tenido la oportunidad de ser hoy. Que Dios nos bendiga a pasar el legado de la maternidad espiritual.
Una manera especial de dar honor a tu madre y/o una madre espiritual en tu vida este Día de la Madre es hacer una donación al Ministerio Hermana Rosa de Hierro en su honor. Le enviaremos un postal de rosas por correo electrónico o por correo tradicional (si reside en los EE.UU.) y una nota especial. Tu donación nos ayudará a seguir equipando a mujeres a ser madres espirituales a través de los recursos que hacemos disponibles.
(Nota: Si quieres que le llegue un postal tradicional, hoy es el último día para registrarte.)
¡Gracias! Y que tengas un Día de la Madre bendito.