¿Alguna vez has pescado? ¿Cómo es que se tira el anzuelo para buscar un pescado? Crecí pescando en el laguito de la granja de mi abuelo. Y aunque mi primo una vez pescó un pescado de dos kilos y medio con nada mas soltar un anzuelo simple a la orilla del laguito, así no se pesca con éxito normalmente. Se lanza a lo lejos el anzuelo con la carnada para atraer a los peces.
Se lanza un anzuelo con un buen movimiento de la muñeca. Se tira con fuerza y luego empieza el proceso de esperar.
Una noche, estaba meditando en 1 Pedro 5:7 y me di cuenta lo que significa “lanzar” o echar nuestras peticiones y preocupaciones a Dios. Implica soltar mis peticiones y confiar en quien tiene todas las respuestas.
Me imaginé frente al trono de Dios con mi petición y expliqué con instrucciones detalladas cómo Dios pudiera contestar mi oración. Luego, en ves de dejárselo en sus manos, la volvería a tomar al salir de su presencia.
Después de meditar en 1 Pedro 5:7, unas de mis peticiones más pesadas se transformaron al presentárselas a Dios. Me imaginé entrar en la presencia de Dios y le lancé mi petición, le clamé con ruego de ayuda, y salí corriendo del trono antes de poder tomar la petición nuevamente.
La primera vez que visualicé esa práctica, me salieron las lágrimas al sentir un gran alivio. Fue como si un peso de 100 kilos se me hubieran quitado de encima. Repetí la misma práctica la próxima noche y se me hizo más fácil dejársela a Dios en cada noche consecutiva. Sabía que le importaba mi petición. Confié en Él para estar a cargo de ella. Había lanzado mis peticiones y mis preocupaciones a Dios. Y, hoy, te invito a hacer lo mismo.
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